sábado, 26 de febrero de 2011

Arritmias

El sol me acaricia y sonrío.
Te he echado de menos.
Frías noches consumidas calada a calada.
Timbres silenciados por el aullar de perros callejeros.
Cobijarse de la lluvia en cajeros automáticos
no garantiza la supervivencia de aquellos considerados poco importantes.
Los días se suceden menos monótonos que antes.
Después de un viaje se aprecia lo que antes se pasaba por alto.
Las horas están bañadas de sonrisas.
Las noches ya no son para dormir.
Abro mis alas y disfruto de un cielo, por fin azul, por poco tiempo.
Y el mundo parece detenerse en dos miradas y media.
Se me eriza el vello de la nuca cada vez que lo recuerdo.
Pero llega el viento y se lleva mi sombrero.
Con mi dosis de ilusión escondida.
Ya se sabe cómo es la seguridad de los aeropuertos.
Te garantizan un vuelo perfecto y un síndrome post-vacacional a la vuelta.
Aquí los autobuses no son de dos pisos, ni las cabinas rojas, ni negros los taxis.
Mi mente echa a correr, hasta que vuela, con alas de verdad, no como las de los aviones.
Y sin saberlo he traido algo de ilusión,
está un poco envuelta en niebla, por que ya se sabe como es Londres.
Pero aquí no hay espacio para la niebla, ni para músicos callejeros de metro.
Los sueños son de otro color y eso es más bonito que cualquier parque.
Lejos del silencio, volvemos al lugar de donde venimos.
El humo nos envuelve como siempre, sin cambios de monedas ni de vida.
Pero este adiós es un hasta luego, volveré, lo prometo.
Y mientras mi cabeza sueña con lluvia suave y ropa de abrigo
El sol me acaricia y sonrío.
Te he echado de menos.

10 comentarios:

  1. Creo que es el mejor homenaje que he leído a esta ciudad tan maravillosamente victoriana. Me trae también muchos recuerdos.
    Loving you, girl.
    Y volveremos, ni dudes que volveremos.

    ResponderEliminar
  2. ohhh me encantaaa :)

    Sisi, volveréis, volveréis... pero teneis que prometerme que me llevaréis con vosotras que yo no he estado... (L)

    ResponderEliminar
  3. ¿Te has dado cuenta que las calles allí son muy empinadas? Como pequeñas pirámides, el centro está mucho más alto que los bordes, así el agua de lluvia resbala.
    La primera vez que estuve creía que los autobuses se me caerían encima de lo escorados que iban, parecían barcos.

    Lo mejor de Londres es que allí parece que el tiempo tiene otro color y que el Thames se convierte en La Seine río abajo.

    Veo que te ha gustado, me acuerdo cuando te decía como molaba y te cabreabas porque "había viajado más que tú"... já, fíjate, quien ríe el último ríe mejor ;=)

    ResponderEliminar
  4. PD. Hermosa declaración de amor

    ResponderEliminar
  5. Siempre hay ciudades en los que parece que se nos para el corazón...

    Besicos

    ResponderEliminar
  6. Es un poema perfecto para mi gusto. Lo tiene todo: la naturaleza (ese sol que acaricia, la niebla...), el amor (te he echado de menos), la nostalgia (aquí los autobuses no son de dos pisos...), la ilusión (y sin saberlo he traído algo de ilusión...)
    No le falta de nada. Y llega y emociona.
    Biquiños,
    Aldabra

    ResponderEliminar
  7. Siempre se acaba regresando a los lugares donde dejamos el corazón.

    Besos viajeros

    ResponderEliminar
  8. Un cambio de aires siempre nos puede ayudar pero lo que esta en nosotros viene junto a el equipaje!

    Precioso lucy! ^^

    "Con mi dosis de ilusión escondida"
    Unas frase que em ha encanado.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  9. Te tengo abandonada amor, precioso. Todos nos sentimos así después de un viaje tan esperado, pero siempre se puede volver.
    Un beso preciosa

    ResponderEliminar
  10. PRECIOSO.

    Yo, cuando estuve en Londres, también eché mucho de menos...
    Un abrazo y te sigo :)

    Por cierto, yo tengo unas efes tatuadas en la espalda y el modelo lo saqué de ese cuadro :)

    ResponderEliminar

Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.