lunes, 15 de octubre de 2012

No tengo nada que perder porque la cabeza ya la he perdido.


Me aferro a la libreta
como quien agarra la anilla del paracaídas
antes de saltar, 
sabiendo que vivir o morir depende sólo de eso. 
Y cada espacio es un salto en picado.
Pero nunca aterrizo. 
¿Qué es peor? ¿El momento en el que saltas o el momento en el que sabes que vas a estrellarte? 
Pues así es mi vida con todo. 
Lo bueno de las letras es que nunca fallan. 
Bueno, a veces sí,
pero seguro que no tanto como los paracaídas.

3 comentarios:

  1. Todos, necesitasmos aferarnos a algo para creer que aun hay esperanza. Cada persona elije que va a ser su valvula de escape para poder seguir adelante, para no mirar atras ni echarnos encara los propios fallos.

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  2. No sé como estar más de acuerdo.
    Gracias por reflejarlo así.

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  3. Lo mejor es asumir que te estrellarás, así te preparas durante la caída...

    Besos con paracaídas.

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.