martes, 2 de octubre de 2012

No hay tregua


Estoy cavando mi propia tumba. Y no sólo eso. Estoy vaciando una piscina a la que estoy segura que me voy a tirar. El goce comienza en la autodestrucción. Y ya no sé pararme. Me estoy matando poco a poco. Sin ayuda de nadie. Y aún así me siento completa. Todo me es ajeno, de ahí viene la autodestrucción, de encontrar algo que me duela, que me haga sentir. Y nada me afecta demasiado y vuelvo al precipicio a ver qué pasa. Con un peta en la mano y una birra en la otra. Sí, a eso era a lo que me refería cuando hablaba de abismo.

2 comentarios:

  1. como texto me gusta, no me pasa así con su contenido porque odio la autodestrucción, no soporto a la gente que no lucha, que no pelea por lo que quiere.

    biquiños,

    ResponderEliminar

Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.