martes, 9 de abril de 2013

De cómo mantenerse cuerdo en este matadero gobernado por locos al que llaman vida.

El dinero es el sustituto del amor,
el whisky es el sustituto de la sangre
y así funciona el mundo.

Trajes con corbata 
hechos de carne quemada
alcohol quemado
y algo a lo que llaman cerebro
que seguramente está quemado también.

Ventrílocuos que mueven sus bocas
con frases delirantes
y beben sangre
ajena
cuando se acaba el alcohol.

Papeles de colores
que dirigen la vida
y la convierten
en una muerte
anticipada.
Todos saben robar
papeles,
todos quieren amor,
pero nadie habla de besos.

Alcohol y no sangre,
ese no es el peor problema.

Hay quien dice morir por amor,
¿hay quien mata por amor y no lo dice?
Morir y matar por dinero
se llama guerra
o quizá realidad.

Se pide más amor y menos dinero
pero menos sangre y más whisky
y se acaba vendiendo amor
para comprar dinero,
dando dinero
para comprar
una cama caliente.

Se acaba vendiendo
la poca sangre que queda
al mejor postor
por whisky barato
con el que llenarse las venas.

Llenarse las venas
es lo importante
sea de alcohol
o de sangre,
de amor o de dinero.
Yo prefiero sueños

La verdad es que
el amor es vida
y el dinero
es un sicario
que adopta la forma
de cualquiera.
La sangre es herida
y el whisky argumento
¿O era al revés?

Pero la muerte,
es la muerte.
Aunque te ahoguen en whisky.
o te lapiden
con lingotes de oro.

1 comentario:

  1. te aplaudo, Lucía... estás escribiendo unos poemas sensacionales... a mí me encantan.

    biquiños,

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.