jueves, 16 de octubre de 2014




Mi casa es la noche,
el cielo oscuro,
las brillantes estrellas,
la luna y las farolas,
compitiendo entre ellas,
las calles vacías de cotidianidad,
el maullido de los gatos callejeros,
el ruido de coches
acelerando
a lo lejos,
el desamparo y la inutilidad
de los semáforos
y su limitación
de colores.
Como si no hubiese
sueños de neón...
Mi casa es la noche,
el humo blanco
y el ruido de los vasos,
de los pasos,
de los fracasos,
el papel rasgándose,
la tinta corriéndose,
y no siempre
de gusto.
Mi casa es la noche
y su silencio,
el nuestro
como si se apagase
el resto del mundo.
Y sólo fuésemos conscientes
del misterio
de mil lobos
aullando
en la oscuridad.





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