viernes, 19 de octubre de 2012

La esperanza es esa puta vestida de verde.



I
Pienso demasiado
y acabo desgarrándome
entre sueños
y signos de interrogación.

II
Es como que el mundo se relaja
cuando estás en mí.
Y con el mundo quiero decir mi cabeza,
mi mente,
mis putos sueños
y mis signos de interrogación.

III
No sé a qué he venido
y a ratos tampoco me importa.
Lo único que me duele
es que nada me duele
y así no hay quien saque
las telarañas de la tráquea.

IV
En mi mente hay
desde luces de neón
hasta archivos de secretaría.
El problema está en mi caos,
en el polvo acumulado,
en los recuerdos con saturación.
El problema está en el moho
putrefacto y apestoso
que se extiende por estas letras
sin que yo pueda pararlo.
En el fondo,
tampoco quiero hacerlo.

V
Nunca he sabido hacer magia
aunque se me de muy bien engañar.
Tómalo como quieras.
Que, de todos estos escombros,
de todas estas muertes,
de esta guerra, al fin y al cabo,
tú fuiste el detonante.

VI
Una vez pensé que podía
sólo por ti
y lo intenté.
Ese es el problema.
Si pones algo a prueba,
es posible que no la supere.
No la superaste,
no la superamos.
Yo, aún, no te supero.
Y aún es pero el día
en el que existas de verdad.

VII
Me fumo las horas,
las apago en un cenicero
y las tiro por la ventana
para que alguien las aproveche.

VIII
Quizá esto se acabe
es lo más probable.
Quizá algún día sepa la verdad
y no me duela.
¿Lo peor?
Que no es autodestrucción.
Ojalá lo fuera.

IX
Porque sueño no estoy loca
aunque sueñe de más.
Y sé que puedo,
que podré.
Y que las piedras del camino
me servirán para derribaros.
Aunque parezca mentira,
hablo de mí.

X
No creo que llegue el día en que me entiendas
y por una parte,
tampoco quiero.
Yo seguiré haciendo maletas.
Contigo
o sin ti.

XI
Toso minutos y no palabras.
Es lo peor que hay.

XII
Volví a mi mente en un estado consciente
después de días o, quizá, de años luz.
Encontré los cajones abiertos
y los pensamientos en el suelo
con quemados de colillas.
Mejor no cuento cómo estaban los sueños.
Ese día entendí que las resacas
no son más que el recuerdo
de que la noche anterior
intentaste destruir tu mente.
Y no lo conseguiste.
Por lo menos, no del todo.


3 comentarios:

  1. VI en adelante...me encanta.
    Firmado: Un loco espartano a las 6:36 de la jodida mañana.

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  2. me parece un poema muy muy bueno, en serio.

    biquiños,

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.