domingo, 30 de diciembre de 2012

No hay hachís que coloque este desorden.


Espero algo que nunca llega, aunque sé que, en el fondo, siempre he querido esta locura. Mi tren ha pasado mil veces y siempre he llegado tarde o no he querido llegar. Es difícil entender(se). No es sencillo estar agusto en el asiento que te dan en la taquilla. No es sencillo esperar que llegue el revisor y estar cien por cien segura de que quieres que pique tu billete. Es difícil, muy difícil, no bajate en la primera parada después de ver un mal paisaje, o uno demasiado bueno. Pero lo que es más difícil aún es ir a comprar el billete, invertir en un futuro claustrofóbico por unas horas. Cuanto más lejos, más horas. Y yo me quiero ir muy lejos. Al fin y al cabo, he visto pasar muchos trenes, me he subido en  muchos trenes, pero creo que ninguno era el mío. Mientras me quedo con la noche y sus besos de neón, esperando que me digan "Ponme un whisky y te invito a otro, "camarera de las estrellas".

3 comentarios:

  1. "Y los trenes que se escapan son mentira, siempre hay otra estación donde brilla más la vida"
    Que dice Sharif, mi rapero favorito entre todos. Un abrazo grande, feliz año y un poco de optimismo de ese que nos falta a todos.

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  2. Muchas veces, según me han contado, los trenes que dejamos marchar, vuelven a pasar, por si acaso nos hemos arrepentido de que en su día los dejáramos pasar.
    Te sigo.
    PD: Te invito a pasar por mis blogs: uno de relatos cortos, que espero que te lleguen y otro donde estan msi reflexiones, mi manera de ser, mis pensamientos... Espero que te gusten ambos :)

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.