miércoles, 23 de enero de 2013

Hey Mr. Rain


Nunca creí en lo del bicho raro por seguir los trinos de lo que vos llamabas tener pájaros.

La lluvia cae y la gente pasa demasiado rápido, borrosa. Las luces de los semáforos dibujan mundos paralelos en los charcos, pero es tarde y la gente vuelve a casa rápido, borrosa por miedo a desaparecer si se mojan. Por miedo a limpiarse por fuera y por dentro, por miedo a sentir. Yo, sin paraguas como siempre, me quito el abrigo. Ahí está, en el suelo, como los mundos paralelos de los charcos. Y salto descalza de charco en charco, bañándome en verde, en rojo y en ámbar  huyendo del resplandor de los faros. Me choco con alguien que me pide perdón por haberme tocado. La incomprensión se apodera de mí y la ignoro, porque sé que es parte del sueño en mi nueva realidad. En los días de lluvia el asfalto se convierte en la mejor pista de baile. Sola con la lluvia, con la esencia imperceptible, con el todo. El éxtasis mental,  la total sintonía. Como consecuencia, dos semanas en cama. Mr.Rain, no hay libertad sin sacrificio.

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