Ya ha anochecido,
pero no llueve.
Hace frío
y estoy sola
en la terraza del bar
más oscuro
de esta ciudad desconocida.
La gente pasa
corriendo, y
quema la gasolina
en vez de volar.
La gente pasa
y me grita sin saberlo,
sin conocerme.
Yo vuelvo a encenderme
un cigarro
e ignoro sus voces.
Ya tengo bastante
con las de mi cabeza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.