Hablemos de pupilas agrietadas, secas,
cansadas de mirar sin ver.
Hablemos de tormentas que derriban paredes,
del silencio que no existe,
del murmullo que se encarga de sustituirlo,
y que no nos pertenece.
Hablemos de bocas desconocidas e insípidas,
de lenguas chasqueantes como látigos,
como cadenas,
sin espuma ni versos.
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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.