Vuelvo a sumergirme hasta que acabo nadando a oscuras
y noto algas
y brazos
amenazantes,
tratando de coger mis pies.
Me sigo moviendo hasta que atravieso cuevas
a base de golpes,
como si la rabia fuera suficiente
para seguir.
Como si la pasión
fuera suficiente.
¿Acaso no lo es?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.