lunes, 25 de mayo de 2015

Violeta se enciende un cigarrillo
en cualquier esquina
de cualquier barrio
de cualquier jodido lugar
del mundo.
Sabe lo que es la vida,
y por eso,
sigue fumando.
Musas de poetas borrachos
Baudelaire y Hemingway
metiendo las manos
y la tinta
bajo faldas cortas
y escupiendo
retazos
de medias rotas
de vidas acabadas.
Schiele o Caravaggio
mujeres sangrantes
sensuales
vírgenes muertas.
Una vez
desaparece la ropa
es imposible
seguir ocultando el alma
o el cuchillo.

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