Los dientes torcidos como el alma.
Metáfora triste de lo que tú quieras,
pero es justo ahí,
en la boca,
donde me siguen acariciando las palabras,
antes de salir a inmolarse.
Los tiros, como Vallejo,
detrás de la lengua.
Que sea el cigarro
el que ponga la pólvora.
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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.