un dolor en el pecho antes de dormir,
una cama demasiado grande
para la niña que todavía soy.
Me miro a los ojos muy seria
y lo mismo me parto de risa
hasta que me ahogo,
que el llanto me atropella
hasta que me deshago.
Cuando escribo poemas cortos
como este
sé que la tristeza ya se ha sentado
en mi regazo
y espera mi caricia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.