domingo, 20 de enero de 2013

Sigo en marcha sin ruedas ni corazón de repuesto, sabiendo que este viaje me lleva hacia el fin, pero que el viaje es lo importante. Tengo las suelas gastadas, los zapatos destrozados y la mente llena, que es lo que me interesa de verdad. Hay veces que sólo puedes seguir quemando rueda, hasta que se gaste, hasta que te gastes. Hasta que te des cuenta de cuánto puedes llegar a necesitar el amor o la gasolina. Y eso es lo que hago, quemar rueda, suela, goma y tabaco. Y gasolina y amor, aunque me falten. Si algo he aprendido de todo esto, de quedarme a oscuras sin amor ni gasolina es, que como combustible, no hay nada mejor que los sueños.

Un domingo por la mañana no puede escribirse nada bueno.

1 comentario:

  1. La gasolina son los sueños, como bien dices, y la esperanza... Pero bueno, lo importante es seguir quemando rueda y avanzando :)

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.