Los silencios obligados, mi voz rompiéndose en mil pedazos, antes de llegar a la lengua. El aliento cortado en la garganta, justo donde se acumulan los nudos, la línea destrozada. Los dardos de la nada, sus cuchillazos, mi sangre muriendo junto a las palabras, sin haber dicho realmente nada.
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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.