lunes, 25 de abril de 2016

Hasta en sueños es un salto lo que me salva

Siempre he sido de escupir
antes que de llorar los destrozos,
siempre he sido de mojar la madera
a base mi lengua áspera
de mi saliva
para mantenerme a salvo
Y aquí estoy, acumulando reservas
para cuando tenga que volver
a esconderme tras los escombros.
No será mañana.
Estoy de pie,
salivando,
al borde del acantilado.
He vuelto a coser mis alas
y no tengo ganas de otra cosa
que no sea saltar
y volar hasta caer exhausta
o hasta que me derriben las flechas.

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