lunes, 25 de abril de 2016

Techos que buscan

Este año sin hogar se me ha hecho duro
ahora mi cuarto no es más que una ventana
al ascensor,
casi como si lo fuera
al cuarto de contadores.
Me asomo a fumar en la noche
y veo las luces que avisan del movimiento inconsciente,
de la falta de movimiento, por otro lado
y no puedo más que sonreír.
Mi hogar soy sólo yo,
a veces no hacen falta colchones,
a veces es necesario recordarlo
para no dejarse comer
por las paredes desnudas
y sus gritos ininteligibles.

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Ven, que vamos a hacer un pacto yo y tu sonrisa.